La tierra no prometida
Pudo ser una noche cualquiera, pero ahora es la noche desde donde cuento los días que pasan como victorias. Voy en el conteo, mi meta es ciento cincuenta. El otro día leí que las águilas enfrentan una difícil decisión a la mitad de su vida, cuando deben escoger entre morir o vivir luego de un doloroso proceso de renovación que incluye aislarse en lo alto de una montaña donde no necesiten volar. Luego de ello, deben golpear su pico hasta quitárselo, esperar que nazca uno nuevo, arrancar sus garras y plumas y confiar pacientemente para poder revivir. Recuerdo la habitación oscura, las cortinas a medio cerrar y la luz de la lámpara externa apenas colándose. Luego estoy yo, sobre la cama, desarmada y dudando cada segundo si sería capaz de sobrevivir el siguiente. Es una imagen nebulosa, uno de esos momentos que recuerdas por ráfagas. A veces vienen a mi momentos o palabras que luego no puedo volver a recordar. Ahora veo ese momento como un tránsito por el umbral, así es como he decid...